"La justicia es ciega... y lenta". Así comenzaba Jorge Machuca, abogado y padre divorciado, su introducción al coloquio con el Juez Serrano. De más de mil divorcios en la provincia de Jaén, el único caso favorable al padre fue el suyo. Por eso se siente muy afortunado. Jorge Machuca tiene ahora la custodia de su hija, después de dos años de juicio, y defiende que "la custodia compartida es un derecho de los hijos y una responsabilidad de los padres".
El Juez Serrano declaraba en su intervención que "debe prevalecer el interés del niño", y que la forma más fácil de hacer de juez es aplicar el "cortar y pegar" de sentencia en sentencia, pero que en el juzgado hay que evitar el estándar, el estereotipo y el prejuicio. Defendía el juez que la maternidad debe ser igual que la paternidad, y que la custodia es una función con sus derechos y sus obligaciones; hay que intentar acabar con conceptos como "nosotras parimos, nosotras decidimos", o que el padre sea exclusivamente el "Proveedor, Pagador y Protector".
El Juez Serrano declaraba en su intervención que "debe prevalecer el interés del niño", y que la forma más fácil de hacer de juez es aplicar el "cortar y pegar" de sentencia en sentencia, pero que en el juzgado hay que evitar el estándar, el estereotipo y el prejuicio. Defendía el juez que la maternidad debe ser igual que la paternidad, y que la custodia es una función con sus derechos y sus obligaciones; hay que intentar acabar con conceptos como "nosotras parimos, nosotras decidimos", o que el padre sea exclusivamente el "Proveedor, Pagador y Protector".
Durante su charla, el juez dijo que "nos divorciamos nosotros, pero el hijo no se divorcia ni de su padre ni de su madre" (teniendo en cuenta cada caso, y en los casos en que uno de los progenitores no sea capaz de hacerse cargo del hijo, se daría la custodia a la otra parte). Terminaba su charla repitiendo que lo más importante es el interés de los niños.
En el coloquio, se comentaron algunas ideas, como la "alienación parental", la posibilidad de que la propiedad de la vivienda pase a ser de los hijos, y que sean el padre y la madre divorciados quienes visiten a los hijos (para evitar que los hijos sean tratados como "maletas" que se mueven de casa en casa. No hay que olvidar que tras la custodia monoparental hay una serie de privilegios (económicos, sociales, psicológicos...), y por eso hay que valorar cada caso concreto, y estar también atento a los casos conocidos como "la bala de plata", en que una parte acusa injustamente a la otra por abuso o maltrato, para lograr la custodia.
Finalizaba la noche diciendo que hablamos de custodia compartida preferente, no impuesta.
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